Durante extensos momentos de la ceremonia, la emoción pareció suspender el tiempo y los corazones, mientras se escucharon los discursos, la música, la vida y obra. Hubo dolor. Tristeza. Un profundo respeto y gran solemnidad. Viajes a la memoria. Recuerdos, nostalgia. Pero a su vez, en todos los infinitos instantes de esa mañana, la brisa de la esperanza, de la alegría, acarició el rostro de quienes estuvimos presente. De quienes sentimos, nuevamente, las raíces de ser humano y la fragilidad de su existencia. Y en ella, especialmente en ella, todo fue una sola palabra. Un concepto. Amor.
María Soledad del Pilar Álvarez-Santullano Busch (QEPD), sin duda dejó un legado en obra, pero por sobre todo, en calidad humana.
Calidad humana que cada una de las personas que tuvieron la oportunidad de participar en el Panegírico (discurso, composición pública en honor o alabanza de una persona), organizado por el “Grupo de Investigación de Estudios del Discurso y Semiosis de la Realidad” y su familia, destacaron en el homenaje a la querida profesora “Pilar”.
En este contexto, la académica Claudia González, quien forma parte de la agrupación comentó que el grupo de investigación que se formó en 2021, surgió en torno “a la influencia de “Pilar”. Compartíamos un propósito académico similar, una orientación de trabajo similar y conformamos el grupo de estudios del discurso; Valeska Miller, Eduardo Risco, Silvia Retamal, Pilar Álvarez-Santullano, y una colaboradora”, afirmó.
“La idea de este homenaje fue despedir a Pilar, desde aquí, de su ciudad. Ella falleció en Santiago pero había que dar la oportunidad para que las personas de Osorno, su familia, sus amigos, sus colegas, pudieran despedirse de ella”, precisó.
En tal sentido, los discursos de homenaje fueron entregados por el director del Departamento de Humanidades y Artes, Dr. Alex Pavié Nova; el director Docente de la carrera de Lengua Castellana y Comunicaciones, Eduardo Castro; a nombre de la Asociación de Académicos, la profesora Margarita Pérez; María Stella Álvarez-Santullano a nombre del “Grupo de Investigación sobre Estudios del Discurso y Semiosis de las realidades”; en un emotivo mensaje, el hijo de la profesora Pilar, Antonio Pineda Álvarez Santullano, y en un agradecimiento y epílogo, su esposo Sigisfredo Pineda del Valle.
Homenaje que tuvo la dedicatoria del poeta Jaime Huenún.
A su vez, el profesor Eduardo Risco, miembro del “Grupo de Investigación de Estudios del Discurso y Semiosis de la Realidad, y quien tuvo la misión de dirigir la ceremonia, destacó su amistad y su vínculo laboral con la profesora “Pilar”.
“Trabajé con la profesora María Soledad del Pilar Álvarez-Santullano Busch durante 12 años, desde mi llegada a la Universidad de Los Lagos. Yo ya conocía algunas de sus publicaciones y el hecho de haber estudiado en la misma universidad (La Universidad de Concepción) y el ser ambos lingüistas, rápidamente supuso el establecimiento de lazos profesionales y personales que hicieron más prolífico el trabajo en conjunto y afianzaron aun más los lazos de amistad. Ya transcurridos varios meses de que yo estaba acá, descubrimos que su marido (Sigisfredo Pineda Del Valle) era primo mío, lo que todavía intensificó más nuestra confianza mutua y la amistad”, afirmó.
El académico agregó que “podría decir muchas cosas de Pilar, pero probablemente lo que todo mundo recordará siempre de ella es su gran amor por la lingüística (a la que ella veía como un instrumento para ahondar en otros aspectos de la realidad filosófica y social), su enorme inteligencia (suficientemente desplegada en sus publicaciones científicas, sus proyectos de investigación y sus clases), su gran afabilidad y espíritu de acogida y su enorme generosidad con sus conocimientos y materiales, los que ofrecía libremente a quienes acudían a ella en busca de alguna orientación y que salían estimulados a investigar”, destacó.
El investigador profundizó que en “estos 12 años de amistad, muchas veces bromeamos acerca de cómo podría ser este momento, el que sabíamos que alguna vez llegaría, pero que pensábamos que para entonces sería no menos que una octogenaria. Las cosas fueron diferentes y hoy la despedimos cuando todavía se encontraba en la plenitud de la vida y me toca precisamente a mí dirigir esta ceremonia. Ella amaba mucho a su Universidad de Los Lagos, tanto que, en cierta ocasión, le había pedido a su marido que, si moría antes que él, trajera sus restos y se detuviera unos minutos frente a la universidad; hoy, afortunadamente, ha podido recibir las honras fúnebres en un acto que sus colegas y familia han preparado y al que asisten su familia, sus colegas más cercanos, sus amigos y algunos de sus estudiantes y, aunque la tristeza nos atrapa en sus insondable profundidad al extremo de saber que nunca habremos llorado lo suficiente su partida” y agrega que “nos consuela el hecho de que su legado académico y espiritual seguirá vivo en su último grupo de investigación (Grupo de Investigación sobre el Discurso y Semiosis de las realidades), pero también en los que fueron sus colaboradores en los otros grupos de investigación que conformó a lo largo de sus mas de 30 años en la Universidad de Los Lagos, pero especialmente en sus estudiantes, de los que es una buena muestra el reconocido poeta Jaime Huenun, quien le ha dedicado el texto que puso fin a este acto. Pilar vive ahora en el recuerdo de todos quienes la conocieron directa o indirectamente y su sonrisa entusiasta quedará prendida de las paredes, pasillos y sala de clases de su amada universidad”, finalizó.
Publicado por: Marcelo Morales Mena